Memorias de antes del exilio (Clásica)

En otra ocasión, ya de regreso en su retiro en el bosque, unos desconocidos entraron en su refugio para pedirle dinero. Cuando les dijo que no tenía nada, lo golpearon con un mazo y lo abandonaron allí, creyéndolo muerto. Más tarde fue encontrado inconsciente, cubierto de sangre, con el cráneo machacado y varias costillas rotas. Pasó ocho días en peligro de muerte, pero rechazaba todo cuidado médico. El noveno día se le apareció los angeles Virgen; su estado mejoró, y pronto estuvo totalmente curado. Regresó entonces al monasterio, donde se encerró en su celda, después de hacer voto de silencio durante cinco años. Al cabo de ese tiempo, irradiando los angeles gracia divina, se consagró por completo a l. a. ayuda al prójimo. Tenía entonces setenta años. Toda Rusia lo conocía y lo veneraba. Miles de peregrinos acudían desde los lugares más remotos para implorar su socorro y suplicarle que rezara por ellos. Los acogía a todos con los angeles misma fervorosa caridad, y a todos los consolaba, los aconsejaba y los curaba. En 1825 el zar Alejandro I fue a verlo y habló un largo rato con él. El zar partió después hacia Taganrog donde, según se cuenta, murió. Su muerte –o quizá sea más exacto decir su desaparición– sigue rodeada de misterio. Al parecer, Alejandro I había tenido conocimiento de los angeles conspiración urdida para conseguir l. a. abdicación de su padre, Pablo I. El asesinato de éste lo afectó de manera tan profunda que al ultimate de su vida decidió abandonar el poder y retirarse como ermitaño en un rincón del bosque, en Siberia. Se marchó a Taganrog, a orillas del mar de Azov, donde cuentan que murió. Según algunos, vestido de harapos como un mendigo, se unió a un grupo de condenados a los que enviaban deportados a Siberia. Y allí vivió como un ermitaño en el bosque, y pronto fue conocido en toda l. a. región con el nombre de Fiódor Kuzmich. Esta segunda versión pasaba por ser una leyenda. Sin embargo, a l. a. muerte de ese ermitaño, en los angeles cabaña de madera en l. a. que vivía se encontraron algunos objetos personales con el emblema del zar Alejandro, y, cuando los bolcheviques abrieron los ataúdes de los zares en los angeles catedral de San Pedro y San Pablo, en San Petersburgo, el suyo fue hallado vacío. El gran duque Nicolás Mijáilovich, autor de interesantes estudios históricos así como de una biografía de Alejandro I, niega l. a. tesis de los angeles leyenda, pero, cuando le pregunté l. a. razón, me dijo que, aunque estaba personalmente convencido de su autenticidad, había tenido que escribir lo contrario. Esto también supone un misterio. El padre Serafín recibió un día l. a. visita de una princesa rusa que le traía, tendido sobre una camilla, a uno de sus sobrinos, tan gravemente enfermo que los médicos ya no podían hacer nada por él. Serafín se puso a rezar y, al poco, los asistentes lo vieron levitando por encima del suelo, con una aureola alrededor de los angeles cabeza. Así estuvo todo el tiempo que duró su oración. Dirigiéndose después al enfermo, le dijo que se curaría, lo que, en efecto, ocurrió. Ese fenómeno de levitación durante l. a. oración se ha observado varias veces en otras circunstancias.