Las Chicas de Alambre (Serie Roja)

Jon Boix es un joven periodista que investiga sobre los angeles vida de varias modelos que vivieron al límite. Su nuevo reportaje trata de aclarar los angeles misteriosa desaparición de una de las más famosas best types de l. a. historia, ocurrida hace diez años.

Con Las Chicas de Alambre, Jordi Sierra Sierra i Fabra nos descubre los entresijos de un universo anhelado y envidiado, tras el que se ocultan chicos y chicas de carne y hueso, a veces demasiado jóvenes para el éxito.

Show description

Preview of Las Chicas de Alambre (Serie Roja) PDF

Similar Fiction books

Dark Blood (Logan McRae, Book 6)

The number 1 bestselling crime sequence from the award-winning Stuart MacBride. during this 6th DS Logan McRae mystery, Scotland’s most interesting see first-hand how beginning back may be murder…Everyone merits a moment likelihood. Richard Knox has served his time, so why shouldn’t he be allowed to reside anyplace he wishes?

The Name of the World: A Novel

The acclaimed writer of Jesus' Son and Already lifeless returns with a gorgeous, haunting, and darkly comedian novel. The identify of the area is a captivating portrait of a professor at a Midwestern collage who has been sufferer in his grief after an coincidence takes the lives of his spouse and baby and has authorised that grief to magnify him.

Godiva: A Novel

Nicole Galland, writer of The Fool’s story, turns her smart pen towards re-imagining the recognized legend of woman Godiva during this expertly crafted ancient novel set in Anglo-Saxon England. A 12th-century noblewoman, girl Godiva is notorious for driving bare via Coventry to alleviate her humans of her husband’s unfair and oppressive taxation.

The Long Way to a Small, Angry Planet (Wayfarers)

Keep on with a motley workforce on a thrilling trip via space—and one adventurous younger explorer who discovers the that means of relatives within the a long way reaches of the universe—in this light-hearted debut house opera from a emerging sci-fi celebrity. Rosemary Harper doesn’t anticipate a lot whilst she joins the staff of the getting older Wayfarer.

Additional info for Las Chicas de Alambre (Serie Roja)

Show sample text content

Pero no se liberó de sí mismo. —Sé que murió de cáncer —dijo Noraima—. El peso de su propia culpa lo liberó en su cuerpo. —¿Justicia divina? —Llámelo como quiera. —Así que ni usted ni Vania comentaron sus sospechas con l. a. policía. —Vania ya no podía más. Se hundía. Apenas si llegó por su propio pie a los angeles clínica dónde le trataron los angeles anorexia. —De los angeles cual salió recuperada. Me dirigió una de sus miradas capaces de atravesarme el alma. —No, señor periodista, no —manifestó muy despacio—. Salió, pero no recuperada. —¿Qué hizo entonces? —Traérmela aquí, conmigo. —¿Y después? period l. a. pregunta del millón de dólares. los angeles pregunta que había estado frenando y deteniendo en mi corazón y en mi mente. los angeles pregunta que ahora se hacía ya inevitable. No l. a. contestó. Siguió mirándome segundo tras segundo. Y me di cuenta de que me analizaba. —Usted no se va a dar por vencido, �no es cierto? —Sólo busco lo que le he dicho antes: l. a. verdad. —Y hacerse famoso con ella. —Míreme a los ojos, por desire. —Lo he hecho desde que llegó. —Si es así, sabrá lo que siento. Usted es de esa clase de mujeres. —Está enamorado del mito, sí, �y qué? —Mañana puede aparecer otro periodista que no lo esté. —¿Y? —Nadie desaparece eternamente. —Durante diez años, eso no ha importado. —Oiga, Noraima —me volqué en mis palabras—, antes ha dicho que sólo persigo una exclusiva, sin tener en cuenta que pueda hacer daño a alguien. Déjeme que le haga una pregunta: �a quién puedo hacerle daño? Sólo quedan usted y los angeles tía de Vania, que, por lo que vi, está muy tranquila sin preocuparse demasiado de si está viva o muerta. �No queda nadie, salvo los angeles propia Vania si…! —¡Queda su recuerdo, su memoria! —Entonces… —me puse pálido, comprendiendo lo que dejaban entrever sus palabras—. �Está muerta? Y los angeles respuesta de Noraima me dejó absolutamente aplastado: —Por supuesto que lo está. �O creía usted que iba a encontrarla aquí? XIX SUPO que me acababa de hacer daño. Y supo también, en ese mismo momento, que yo period sincero. Pero mantuvo su boca cerrada, sin quitarme ojo de encima. Yo me fijé de nuevo en sus manos, cuidadas y limpias, muy bellas, sin ninguna clase de ornamentos. —¿Dónde se encuentra? —quise saber una eternidad después. —¿Va a buscar su tumba? —Sí. —No se dará por vencido. —No. —Está bien —asintió con l. a. cabeza; no exactamente irritada, aunque sí resignada por el acorralamiento—. Supongo que se lo ha ganado, y que, como bien cube, tarde o temprano volverá otro. Es capaz de remover toda l. a. isla. —Lo haría —aseguré. —¿Tiene coche? —Sí. —Vamonos. Se puso en pie. Yo l. a. imité. Ni siquiera recogió algo o se cambió de ropa. Tampoco cerró l. a. puerta con llave. Salimos de los angeles casa y nos metimos en mi coche de alquiler. Me pidió que no pusiera el aire acondicionado, que le molestaba l. a. garganta. Después me guió. —Siga recto hasta el cruce, luego a l. a. izquierda y tome los angeles 2A. —¿Adonde vamos? —A Santa Ana. No recordaba haberlo visto. —¿Es un pueblo? —Una iglesia, pasado Noord. Supe que no iba a sacarle más, aunque, de cualquier forma, sabía ya nuestro destino. No su ubicación, pero sí nuestro destino en términos globales.

Download PDF sample

Rated 4.11 of 5 – based on 37 votes